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¿Seguridad en la piscina? Es posible si sigues los consejos que te proponemos en este post. A todos nos gusta ir a la piscina, nadar, bucear y estar en el agua, especialmente a los niños. Sin embargo, cada verano escuchamos una gran cantidad de noticias sobre ahogos y otros accidentes trágicos que suceden en las piscinas.
Lo que tendría que ser uno de los mejores espacios de entretenimiento del verano puede convertirse en un espacio peligroso si no seguimos algunas medidas de seguridad.
Para empezar, deberíamos ser conscientes de nuestro nivel de natación. No nos podemos aventurar en zonas en las que no nos sentimos seguros nadando si no tenemos suficiente experiencia. Lo más recomendable es nadar en las zonas en las que más seguros nos sentimos y no alejarse mucho de las zonas más seguras.
Por otro lado, es necesario esperar dos horas antes de entrar en el agua si hemos comido antes. Especialmente si hemos comido en abundancia, la diferencia de temperatura entre el cuerpo y el agua podría provocar el famoso corte de digestión.
En tercer lugar, entrar al agua de golpe no es nada bueno. Para evitar cambios bruscos de temperatura que puedan dañar nuestro bienestar, lo mejor es humedecer con agua la nuca, los brazos y las piernas para ir acostumbrando al cuerpo y preparándolo para el momento en el que nos sumerjamos enteros.
Además, si estáis con niños pequeños hay que asegurarse de que no los perdemos de vista y no confiar únicamente en la presencia de socorristas o en el uso de flotadores. Es necesario que los más pequeños lleven un sistema flotador homologado, bien hinchado, colocado y acorde al tamaño del menor. Lo siempre cuenten con la presencia de un adulto a su alrededor.
Esperamos que os sirvan estos consejos para conseguir seguridad en la piscina que, aunque son básicos, merece la pena recordar antes de cada verano. ¡Mucha salud!
